Conocida como “la muerte silenciosa”. La hipertensión arterial es una enfermedad que afecta a un tercio de la población adulta. Se produce por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida. Es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y, si no se trata, puede desencadenar complicaciones severas como infarto de corazón, accidente cardiovascular, daño renal y ocular, entre otras complicaciones. Se puede evitar si se controla adecuadamente .
- Endurecimiento de las arterias. La presión en el interior de las arterias puede causar engrosamiento de los músculos que recubren la pared arterial y estrechamiento de las arterias. Si un coágulo de sangre obstruye el flujo sanguíneo al corazón o al cerebro, puede producir un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
- Agrandamiento del corazón.La presión arterial alta hace trabajar más al corazón. Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo que se someta a exceso de ejercicio, el corazón aumenta de tamaño para poder realizar el trabajo adicional. Cuanto más grande sea el corazón, más sangre rica en oxígeno necesitará, pero menos podrá mantener una circulación adecuada. A consecuencia de esta situación, la persona afectada se sentirá débil y cansada, y no podrá hacer ejercicio ni realizar actividades físicas. Sin tratamiento, la insuficiencia cardíaca seguirá empeorando.
- Daño renal.La presión arterial alta prolongada puede lesionar los riñones si el riego sanguíneo de estos órganos se ve afectado.
- Daño ocular.En los diabéticos, la hipertensión puede generar rupturas en los pequeños capilares de la retina del ojo, ocasionando derrames. Este problema se denomina «retinopatía» y puede causar ceguera.
- Tiene antecedentes familiares de hipertensión.
- En las mujeres el riesgo es mayor después de los 55 años.
- Sufre de sobrepeso u obesidad.
- Usa productos de tabaco. El cigarrillo daña los vasos sanguíneos.
- Lleva una alimentación alta en grasas saturadas.
- Lleva una alimentación alta en sodio (sal).
- Toma demasiado alcohol.
- Tiene diabetes.
Son efectivos los programas de ejercicios que incluyen actividades como caminar, bailar, correr, nadar y montar en bicicleta, durante 30 o 60 minutos diarios, de tres a cinco días por semana. Estos ejercicios pueden reducir los valores de tensión arterial en personas hipertensas, hasta situar sus valores dentro de la normalidad.
Estudios han demostrado que el tratamiento más eficaz para estos pacientes es aquel en el que se combina ejercicio aeróbico y ejercicio de fuerza.
- Ejercicio aeróbico (preferiblemente todos los días de la semana):
- Caminar: 3-4 veces por semana con intensidad moderada (3-6 metros). Duración: 3 series de 10 minutos.
- Subir escaleras: 2-3 veces por semana con intensidad moderada (3-6 metros). Duración: 3 series de 6 minutos.
- Trote: continuo con intensidad moderada (3-6 metros). Duración de 15 a 20 minutos.
- Bicicleta: 2-3 veces por semana con intensidad moderada (3-6 metros). Duración de 15 a 20 minutos.
- Ejercicio de fuerza:
- Utilizando máquinas de peso o sin peso (2-3 días por semana).
- 8-10 ejercicios distintos centrados en grandes grupos musculares.
- Aunque la reducción de los valores de la tensión arterial parezca pequeña, puede ser suficiente para reducir, de forma significativa, el riesgo de padecer accidentes cerebrovascularese infartos de miocardio.
- Mantiene el peso corporal y previene la obesidad, así como los problemas derivados de ella.
- Evita la ansiedad, la depresión y el estrés.
- Ayuda a un mejor funcionamiento del corazón.
Ayuda a regular la tensión arterial, los niveles de colesterol y de glucosa.
Conocida como “la muerte silenciosa”. La hipertensión arterial es una enfermedad que afecta a un tercio de la población adulta. Se produce por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida. Es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y, si no se trata, puede desencadenar complicaciones severas como infarto de corazón, accidente cardiovascular, daño renal y ocular, entre otras complicaciones. Se puede evitar si se controla adecuadamente .
- Endurecimiento de las arterias. La presión en el interior de las arterias puede causar engrosamiento de los músculos que recubren la pared arterial y estrechamiento de las arterias. Si un coágulo de sangre obstruye el flujo sanguíneo al corazón o al cerebro, puede producir un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
- Agrandamiento del corazón.La presión arterial alta hace trabajar más al corazón. Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo que se someta a exceso de ejercicio, el corazón aumenta de tamaño para poder realizar el trabajo adicional. Cuanto más grande sea el corazón, más sangre rica en oxígeno necesitará, pero menos podrá mantener una circulación adecuada. A consecuencia de esta situación, la persona afectada se sentirá débil y cansada, y no podrá hacer ejercicio ni realizar actividades físicas. Sin tratamiento, la insuficiencia cardíaca seguirá empeorando.
- Daño renal.La presión arterial alta prolongada puede lesionar los riñones si el riego sanguíneo de estos órganos se ve afectado.
- Daño ocular.En los diabéticos, la hipertensión puede generar rupturas en los pequeños capilares de la retina del ojo, ocasionando derrames. Este problema se denomina «retinopatía» y puede causar ceguera.
- Tiene antecedentes familiares de hipertensión.
- En las mujeres el riesgo es mayor después de los 55 años.
- Sufre de sobrepeso u obesidad.
- Usa productos de tabaco. El cigarrillo daña los vasos sanguíneos.
- Lleva una alimentación alta en grasas saturadas.
- Lleva una alimentación alta en sodio (sal).
- Toma demasiado alcohol.
- Tiene diabetes.
Son efectivos los programas de ejercicios que incluyen actividades como caminar, bailar, correr, nadar y montar en bicicleta, durante 30 o 60 minutos diarios, de tres a cinco días por semana. Estos ejercicios pueden reducir los valores de tensión arterial en personas hipertensas, hasta situar sus valores dentro de la normalidad.
Estudios han demostrado que el tratamiento más eficaz para estos pacientes es aquel en el que se combina ejercicio aeróbico y ejercicio de fuerza.
- Ejercicio aeróbico (preferiblemente todos los días de la semana):
- Caminar: 3-4 veces por semana con intensidad moderada (3-6 metros). Duración: 3 series de 10 minutos.
- Subir escaleras: 2-3 veces por semana con intensidad moderada (3-6 metros). Duración: 3 series de 6 minutos.
- Trote: continuo con intensidad moderada (3-6 metros). Duración de 15 a 20 minutos.
- Bicicleta: 2-3 veces por semana con intensidad moderada (3-6 metros). Duración de 15 a 20 minutos.
- Ejercicio de fuerza:
- Utilizando máquinas de peso o sin peso (2-3 días por semana).
- 8-10 ejercicios distintos centrados en grandes grupos musculares.
- Aunque la reducción de los valores de la tensión arterial parezca pequeña, puede ser suficiente para reducir, de forma significativa, el riesgo de padecer accidentes cerebrovascularese infartos de miocardio.
- Mantiene el peso corporal y previene la obesidad, así como los problemas derivados de ella.
- Evita la ansiedad, la depresión y el estrés.
- Ayuda a un mejor funcionamiento del corazón.
Ayuda a regular la tensión arterial, los niveles de colesterol y de glucosa.